“Yo sé hacer un brassiere” afirmó Eddie Guerrero casi a principios de la entrevista. Y con esa oración explicó, sabiéndolo y aposta, miles de cosas. Eddie Guerrero es por consiguiente un excelente costurero que domina cada puntada. Es por lo tanto perfeccionista. Tiene la facultad de adaptarse a las formas -aún a las más mórbidas, irregulares y suaves y tiene en su bagaje la imagen sensual que provoca una complicada pieza de lingerie. Sin habérselo imaginado nunca en su vida, él mismo transformó con su estilo atrevido y transgresor, aquella pieza que tal vez en su infancia llamaría sin importancia ‘sujetador’ para hacerla runway-worth it y convertirla con el tiempo en un soutien-gorge de haute couture.
Eddie estudió corte, confección, diseño y lencería en Puerto Rico en la década de los 80 y al cerrar los libros entró en la escuela más difícil de la moda. Durante años, diseñó al ritmo tropical de Olga Tañón creando para ella los innumerables cambios de ropa que la Mujer de Fuego lucía en un solo show. Imaginemos en una gira. En los años 90 las producciones de vestuario de un espectáculo musical eran grandes y muy importantes. Eran consideradas, desde el punto de vista de la industria de la moda, una ardua pasarela en donde cada vestuario estaba no sólo muchos minutos en escena, visto desde todos los ángulos, sino bajo la prueba contundente de los más acalorados bailes. Eddie se viajó el mundo entero con Olga, Gisselle, Manny Manuel, Tommy Torres, Ednita Nazario, Luis Fonsi, Franco De Vita, Gloria Trevi y Daddy Yankee, entre otros. Y de puerto en puerto aprendía mucho más que cultura. Se instruyó en la relación entre los movimientos del cuerpo y la ropa, se educó en todas las facetas de la palabra estrés y tuvo su mayor ganancia al aprender a trabajar bajo presión con la rapidez de un espectáculo sin perder la tabla. Hoy, cuentan los modelos y los stylists que han tenido el honor de trabajar un sus producciones, que Eddie no grita ni pelea tras bastidores, al contrario, aún una hora antes de comenzar su pasarela está tan tranquilo como cualquier otro día de la semana.
Su tranquilidad quedó demostrada en Voyeur, la pasarela que presentó en verano. Tan seguro estaba de sus bastidores, que tomó la decisión de ver el espectáculo desde el otro lado. No desde un asiento junto al público, sino desde la misma pasarela. Así que Eddie se transformó de diseñador y productor a mirón, y se ligó a todas las modelos que desfilaron a su lado, incluso quitándoles la vestimenta y dejándolas en ropa interior. “Voyeur es una colección colmada de sensualidad donde logré entrelazar detalles de lencería fina en todas las piezas que presenté. La colección representa un guiño a la curiosidad y el placer que puede llegar a causar un simple vistazo más allá de lo permitido”, dijo en sus propias palabras con la seguridad de alguien que había contemplado esta idea durante cuatro años hasta que la hizo realidad. “Yo soy el verdadero voyeur, desde que hago el escogido de las modelos, hasta que las entallo y las visto.” Por eso, sólo le faltaba ligárselas desde más allá. Checked.
Ya hace varios años, en “Fettished”, su pasarela favorita, había logrado unas transgresiones similares. Había sacado látigos, esposas y había confeccionado todos los accesorios para lograr un efecto más poderoso. “Yo soy un diseñador auténtico. No me quiero parecer a nadie. Yo diseño cada pieza porque pienso que alguien se lo va a poner pero no necesariamente porque busque complacer a alguien”. Fue aquel manto de atrevimiento el primero que hizo sacudir la tierra y fruncir más de un ceño. Y aunque su estilo es intrépido, no por ello debe ser chocante. “No siempre tengo que seguir la misma línea” menciona para explicar que hay que ofrecer diversidad al público y crear el deseo de esperar la próxima pasarela. Sin embargo sí vemos una tendencia musical en algunos de sus espectáculos. Varios de ellos han sido titulados con nombres prestados de canciones. Eddie se inspira en la música. La usa como acompañante para completar milla tras milla su corrida de por las mañanas, para darle ánimo particular a las cosas y para definir la personalidad de sus eventos. Con más 20 años de trayectoria en el mundo de la moda en Puerto Rico, Eddie Guerrero ha logrado ubicarse entre los más grandes de la moda gracias a su talento creativo, vanguardista que logran un sensual estilo único. Este año, una vez más el Puerto Rico High Fashion Week sintió orgullo al presentarlo en su pasarela de cierre. “Bohemian Rhapsody” es una canción escrita en 1975 por Freddie Mercury, el cantante de la banda de rock británica Queen que aún 35 años más tarde es considerada de estructura inusual, característica del romanticismo compuesta por diferentes partes temáticas unidas libremente. Es un tema musical dividido en dos secciones, una dramática y otra más rápida y dinámica, consiguiendo así una composición de efecto brillante. De igual forma, en el género musical en una rapsodia, la forma de las partes integrantes puede ser parecida a la de la fantasía. Parecería que esta descripción también pertenece a este pasado sábado 25 de septiembre cuando el Centro de Convenciones se llenó del talento de Eddie en su presentación de este mismo nombre. Colores tostados y quemados, bronce, tonos metálicos, colores fuertes y sólidos se juntaron para lograr una imagen étnica. Brocados, lamé líquidos, seda y telas con caída nos transportaron a un mundo de fantasía. La chaqueta también estuvo presente como siempre como un regalo a su fiel clientela. Osado está en su personalidad, en el sentido elegante, fashion, en la noción profunda de llegar a otra tierra y atreverse a triunfar, regalando su ingenio cosido a la medidad y muy, haute couture.
Eddie sabe hacer muchas cosas(ademas de brassieres, y bustiers. Todaslas hace bien. sus colecciones son espectaculares. I love Eddis