DESCUBRIR NUEVOS PAISAJES, OLORES Y SABORES; Y PLASMAR ESTILOS DE VIDA, CULTURAS Y PERSONAS DIVERSAS ES LA MOTIVACIÓN MÁS INTENSA DEL PUERTORRIQUEÑO HERSON GUERRERO. SU INTERÉS TEMPRANO EN LA FOTOGRAFÍA DESEMBOCÓ EN EL DESEO INCONTENIBLE DE ESCUDRIÑAR, VER MÁS ALLÁ DE LO EVIDENTE Y COMPARTIRLO CON OTROS.

“LAS EXPERIENCIAS EN MIS VIAJES HAN HECHO QUE ME DESCUBRA”, dice el también estudiante de derecho en la Universidad Interamericana y profesor de Fotografía y Empresarismo en el Colegio de Cinematografía, Artes y Televisión (CCAT), en Bayamón.
La mirada diáfana de una mujer en la India, un saxofonista que regala su talento en una calle neoyorquina, un pintor en pleno ejercicio de su oficio en el museo Louvre en París y algún paisaje majestuoso en San Francisco o la Patagonia se convierten todos en parte del intento de Herson de ser testigo de lo que pasa en el mundo y su obsesión por comunicarlo. “Visitar otros lugares te ayuda a desarrollar tu punto de vista. Ya no es lo que te dicen las noticias y los medios sobre lo que es bello, está a la moda, es lindo o bueno”, expresa el sanjuanero de padre colombiano y madre puertorriqueña, admirador del trabajo de los fotógrafos Mario Testino y Vivian Maier.
A los 14 años, a Herson comenzó a llamarle la atención la posibilidad de detener una escena en el tiempo. “Siempre he visto la fotografía como algo poético. Ese sentido de que puedes paralizar el tiempo y quedarte con él para siempre es algo genuino. Una foto cuenta una historia y plasma lo que sucedió en un momento. Es un tipo de poder que uno tiene, el poder capturar momentos en las vidas de las personas y en la historia de la humanidad”, manifiesta el creativo, quien realizó un bachillerato en Comunicaciones y una maestría en Administración de Empresas.
Esa pasión cada vez más profunda por la fotografía fue desarrollándose en el deseo de capturar otros lugares y miradas en otros países. “Antes, cuando viajaba, veía lo que estaba allí, pero no me lo traía. Me interesó comenzar a documentar la vida y plasmar lo que la gente no siempre ve”, explica el padre de un niño de ocho años, cuyas fotografías han sido publicadas en revistas y diarios nacionales y en publicaciones internacionales de gran renombre, como Vogue Italia y National Geographic.
El primer viaje que Herson realizó con la idea de documentarlo fue a Europa. En esa visita, que duró 26 días, tuvo la oportunidad de conocer diversas ciudades de Suiza, Italia, Francia y España. Luego, quien siempre tira con luz de ambiente, lo que le obliga a pensar rápido y ser un observador incesante, ha visitado Estados Unidos, India, Brasil, Argentina y la Patagonia.
OCEAN DRIVE PUERTO RICO: ¿Qué sentiste cuando comenzaste a documentar tus viajes?
HERSON GUERRERO: Que era más fácil cuando estaban en la mente porque cuando ya es “manos a la obra” se tiene más responsabilidad. Es que la idea no es tirarle fotos a todo; tiene que ser bien orgánico. Mi tipo de fotografía tiene un motivo y una historia, y todo debe conspirar para que salga.
ODPR: ¿Se ha ido desarrollando tu sensibilidad con el tiempo?
HG: Creo que todo el mundo tiene una sensibilidad, pero yo la he ido desarrollando sacando los estereotipos, dejando fuera las categorías y simplemente viendo lo humano en las personas. Todos tenemos esa posibilidad, pero la sociedad está programada, no ve muchas cosas y ha perdido el sentido. Yo no estoy haciendo esto porque quiero lucrarme de las personas. Mi prioridad es enviar un mensaje y hacer bien. La fotografía muestra la realidad. No es como una película, que te hace sentir emociones ficticias y programadas. Estamos viviendo en un mundo ficticio. Lo que muestra mi tipo de fotografía es algo real.
ODPR: ¿La fotografía te ha ayudado a acrecentar esa sensibilidad?
HG: Una foto es capaz de sacarle una lágrima al que la observa por su profundidad o belleza. Si eso siente el que la mira, imagina el que la tiró.
ODPR: ¿Cuál ha sido tu viaje más impactante?
HG: India, porque fue una combinación de cosas. Me encantó de ese viaje que aprendí más de mí y de la vida. Fue algo que me transformó y me ayudó mucho. Es un país de muchos olores, de muchas cosas pasando y de mucha tristeza, pero para mí fue el Nirvana.
ODPR: ¿Cómo te has transformado a partir de ese viaje?
HG: El viaje me enseñó a ser más humilde y a apreciar más las cosas. Me unió más a mis seres queridos, a mi hijo, y me enseñó a valorar más lo que tengo y a ser más humano. También abonó a mi sentido de aventura. Descubrí que tengo mas valentía dentro de mí de la que yo pensaba.
ODPR: ¿Has sentido miedo?
HG: Si, también en India. Estaba en la ciudad de Varanasi, uno de los lugares más espirituales en el mundo entero, pero que a la vez tiene muchísima pobreza. Allí, el que era mi guía me dijo que no saliera del hotel y que me buscaba al otro día. ¿Y qué yo hice? Me fui por la ciudad porque hay un montón de cosas brutales pasando, pero en un momento miro hacia atrás y me doy cuenta de que me había alejado, está oscuro y unas personas me están mirando. Ahí mismo, ¡pum! Se fue toda la luz y el lugar quedó en oscuridad completa. Yo dije: “Aquí fue, aquí morí”. Lo que se me ocurrió en ese momento fue poner la cámara dentro de mi camisa, pero entonces parecía que tenía una pistola. Salí de allí y no me pasó nada. Yo me imagino que ellos dijeron: “¡Espera, que éste es más loco que nosotros!”.
ODPR: ¿Qué similitudes has notado entre Puerto Rico y otros países?
HG: Que en todas partes todo el mundo se vive su vida y que he logrado la conexión con los sujetos de mis fotos a través de miradas.
ODPR: ¿Tienes otros destinos pendientes?
HG: Tengo varios pensados y en agenda, como Jordania, Egipto, Rusia, Camboya, Turquía e Islandia.
ODPR: ¿Te distingues de otros fotógrafos?
HG: Encuentro que la fotografía está demasiado comercializada. Los fotógrafos no se van por lo que les gusta verdaderamente dentro de la fotografía porque piensan que no les va a dejar mucho dinero. A mí no me gusta sólo vender mi trabajo mientras voy dejando mis sueños atrás y no hago lo que me gusta realmente. Siempre les digo a mis estudiantes que deben seguir sus sueños. Yo he trabajado bien fuerte y me he disciplinado un montón para poder hacer estos viajes.
Por: Lorna Zayas Rodriguez
Fotografía: Herson Guerrero