¿Cuánto estarías dispuesta a sacrificar por el verdadero amor? Esta interrogante siempre estará presente cuando veas Anna Karenina, un film basado en la clásica novela de Leo Tolstoy. En esta película, protagonizada por Knightley, la moral y las etiquetas sociales se cuestionan para decirnos que hay tantos amores como corazones en el mundo.
Para los que no recuerdan muy bien la historia y para aquellos que no han tenido la dicha de leer el texto original (publicado en partes a partir de 1873), Anna Karenina relata la historia de una joven que se casó a muy temprana edad (y quizá nada enamorada) con un oficial de alto rango del gobierno llamado Karenin (interpretado por Jude Law). Ambos viven en San Petersburgo junto a su hijo Serozha con todos los privilegios de la alta sociedad. Sin embargo, todo cambiará luego de un viaje a Moscú, donde Anna conoce a Vronksy (interpretado por Aaron Taylor-Johnson), un joven oficial con quien tendrá una Aventura amorosa que pondrá su estabilidad familiar y social en riesgo.
Para Keira, “la historia es una historia que entendemos hoy en día porque las personas siguen deseando algo que no pueden tener, siguen enfrentando bloqueos y reglas sociales, y siguen teniendo problemas para transmitir sus emociones”.
Asimismo, Knightley confiesa que ya conocía la historia porque había leído el libro en su juventud; no obstante, asegura que “recordaba el libro como increíblemente romántico con este personaje extraordinario. Pero al volver a leer la novela justo antes de que comenzáramos a filmar, me pareció magnífica pero también mucho más oscura y advertí que plantea la gran pregunta de si Anna Karenina es una heroína o una anti-heroína. Creo que también era así para Tolstoy. Mi ejemplar quedó lleno de marcas, y Joe (el director) y yo nos cuestionábamos permanentemente acerca de Anna. Sentíamos que debíamos mostrar lo bueno y lo malo, la amabilidad y la crueldad. Traté de entender a Anna y captarla. ‘Anna Karenina’ se convirtió en el proyecto más difícil que he hecho. Pero, bueno, creo que esa es la definición de un clásico, que cambia en la medida que uno cambia”. Para Keira, como mujer, “Anna es un personaje fantástico y falible, que habla sobre lo que nos hace humanos. En ella se ven los defectos, el heroísmo y las emociones aterradoras. Te preocupas por ella y no puedes dejar de reconocerte”.