El W Retreat & SPA se lució a sobremanera. REACH for Success, entidad sin fines de lucro que ofrece servicios de apoyo social y educativo a la juventud de Vieques, celebró la cuarta edición de Taste of the Islands para recaudar fondos para su centro. Este año el evento culinario tuvo como escenario el espectacular hotel W, Vieques Island. Jonathan Heath, gerente de W y el chef ejecutivo Dagan Lynn nos recibieron el viernes con “Bubbles & Burgers” en la playa. Chef Dagan se lució con exquisitas “hamburguesas” de jabalí, langosta, Certified Angus Beef y foie gras, AhiTuna y un arriesgado postre que combinó mantecado y aguacate. Eso mismo, y estaba riquísimo. Al otro día el evento principal comenzó a las 6 de la tarde en el W Lawn con la participación de chefs de la Isla Grande y de Vieques, entre ellos, Mario Pagán, Augusto Schreiner, José Santaella, Roberto Treviño y Marisoll Hernández. De Vieques participaron los restaurantes El Quenepo, Bilí, Belly Buttons, Banana’s Coquí Fire Café, el Patio Cocunuts, La Cantina, Carambola, Next Course y Conuco. La selección de platillos de cada uno fue inmejorable y súper variada y la organización del evento nos permitió probarlos todos en abundancia y cómodamente. Los vinos definitivamente a la par con la obra culinaria de los chefs, pues los principales distribuidores llevaron muchas de sus principales etiquetas. Sin duda que esta edición Taste of the Islands fue una de las mejores actividades culinarias del año.
Dicen que lo prometido es deuda y la vez pasada les ofrecí compartir mis restaurantes “top five”. No van en ningún orden. Se los canto como los saboreo y no les digo mucho para dejarles la intriga en la boca….
Comienzo por el “equipo de ensueño” de Chef Alex Bistro Catalina en Cayey y The Atelier, en el Camino Alejandrino: chef Alex, Carlitos Sánchez y Elba Marie Vázquez. El Bistro en Cayey, ya en sus nueve años, es el más formal y allá viajo en busca del risotto con manitas de cerdo, los langostinos con crema de jamón serrano y ajo rostizado y los short ribs osso bucco style. Ahhhh y la teja de almendras que hace Elba Marie. The Atelier, más coqueto y moderno, mantiene la excelencia del Bistro. El menú varía pero casi siempre tienen mis favoritos: pechuga de pato en reducción de naranja y cebollas perla, croquetas de morcilla, tostones rellenos de jambalaya de mariscos, chicharrones de langosta y láminas de Rib-Eye con raviolis rellenos del día y esencia de trufas negras, que son “to die for”. Los postres de Elba, ni hablar, bizcocho de pistacho, flan de queso y Amaretto….
Otro favorito es Sangría del chef Pedro Torres. Allí no pueden perderse los risottos y los mamposteados, que el chef lleva a otro nivel de delicadeza y sabor. Me encanta el churrasco de cerdo y las carnitas de cerdo con crujiente de chicharrón. Acaba de llegar de España de cocinar con el conocido Juan Andrés y trajo ideas como los “cracker jacks de chicharrón”. Deliciosos.
En la línea de tabernas/tascas hay dos que son estandartes. El Pescador en la Placita en Santurce ya es tradición para los mejores mariscos en San Juan, con la atención de Pedro y Conchi . Allí se come el mejor arroz con calamares, las mejores croquetas de pescado y langostinos. Hay que pedir y probar de todo lo especial del día.
En la calle Loíza está Fleria, el único restaurante griego en la Isla. Theo Ladias Apostolakis, como un Zeus de la cocina, presenta a los mortales la pizarra con todo tipo de platillo típico griego. Me encantan los platos de cordero, las salsas de yogur, las albóndigas y los embutidos.
Y así llegamos a Cocina Abierta, lo más nuevo en el área de San Patricio, donde nos reciben Claudia Serbiá y el chef y propietario Martín Louzao. Es un concepto muy moderno y muy chic y aunque pequeño tiene varios ambientes. La comida me gustó tanto como el lugar. Probé una causa de papa púrpura y pulpo con crema de aceitunas y gnocchi de papa con crema de queso brie y jamón serrano. Observé los platos de carnes en otras mesas y lucían igualmente ricos y excelente presentación.
Prueben y disfruten de la aventura de comer bien y descubrir.
Por Mariel Echegaray