City Swing

“…Eres tremendita”,  esa fue la frase de la noche.  Olvídate de la crema de langosta, del vino blanco o del bizcocho de zanahoria.  Lo importante era ver quién, con licencia o sin ella, podía ser merecedor de tremendo distintivo.

No hubo necesidad que el encuentro durara horas, o que tuviéramos que tomar nota para redactar luego -buenos, confieso que hice algunas apuntes en mi celular para no olvidar importantes detalles- pero la mayoría de los “igualitos” se dejaron llevar por la celebración de los 10 años del “steakhouse” en la hospedería caribeña para celebrar y confesar que muchos habían sido de los 4H.  ¿Cómo llegamos a ese tema?..aun me lo pregunto.  Pero lo mejor fue cuando la “bloguera” confesó que su 4H era por las 4 veces que había sido “hija de…” ¿Cómo llegamos a esas confesiones? Imagino que con la misma confianza con que vimos a relacionista profesional pedir un gran pedazo de la bizcocho para llevar “dis’que para su mamá”…si claro, hija ejemplar “in the house”.

Fueron muchos los que se animaron y dijeron presentes en las múltiples fiestas que llenaron las agendas y los calendarios con la cercanía del fin de año.  Algunos se cubrieron la cara por aquello del “tricotrí” o fueron unos descarados y se colaron en las que no los habían invitado.

Confirmas asistencia por e-mail, teléfono y hasta en persona para no tener que esperar en la entrada.  Pero como la vida es así, cuando llegas al evento te encuentras a esta señora que sabes que “no tiene vida” desde que le dijeron que sería la encargada de recibir a todos los invitados.  Ejemplo de ello es cuando la “chulin” en la mesa de recibo me da el mejor “buenas noches” que he recibido en mi vida seguido por un “¿Que me cuentas?”. Ahí fue que me perdí.  ¿Será que ya el alemán está atacando mi mente?  Yo no la conozco, ¿qué le voy a contar?  Con sonrisa de Mona Lisa le pregunto, ¿Qué se supone que le cuente?  Y ella mas “chulita” aún me dice… ¿Qué tal si me cuentas cuál es tu nombre?  El resto no lo voy a compartir, pero entiendo que el postizo que tenía en su moño y al antifaz que escondía su rostro era un aviso. Ya lo había cantado Dayanara “Aunque llore de noche, de día usare antifaz”.

Confieso que esa noche no bebí, no fuera a ser que viniera otra persona pedirme que le contara algo y yo no estuviera en mis mejores condiciones  para recordar al día siguiente que le conté.  Pero fue mejor, no me hubiera perdonado no ver al joven ejecutivo que tras degustar en esta fiesta de mascaras el bufet navideño que sirvieron ir detrás de los mozos, que no le hacían caso, tratar de entregarle el plato con los rastros de la “jaltera” que se había dado. Y si, era una fiesta de halloween con arroz con gandules y pernil en el menú.  “Looking foward” a  la fiesta de navidad.  Seguro entra Cupido llevando incienso y mirra al pesebre.  Pero sigamos el cuento.  Era un lujo ver al ejecutivo ir de esquina a esquina, mozo tras mozo, con plato en mano.   Mejor aún,  la novia lo llama para presentarle a un grupo de amigos y él con plato en mano todavía.  Pero lo mejor de todo fué que cuando termina de hablar con el grupo de amigo de su novia, se excusa, y fue a la primera esquina que vio libre y puso el plato en el piso.

Retomemos el tema de las confirmaciones de asistencia.  ¿Por qué la gente dice que confirma y cuando no aparecen en la lista miran a todos los que están a su lado o detrás de ellos y comienzan un discurso exculpatorio? “Siempre me pasa.  Es que mi apellido es difícil de escribir. Pero confirmé el mismo día que me llego la invitación.” Y lo mejor es cuando miran al lado y está este que escribe.  Ahí es que los ojos se les quieren salir y me dicen con la mejor sonrisa “No me pongas en la columna, te juro que confirme”.  Tranquilo, amigo director de ventas de reconocida revista, uno tiene ciertas deferencias con los compañeros de trabajo.

Que le dé gracias a Dios que quien estaba en la mesa de bienvenida no era la oficial de seguridad de cierto recinto del arte donde grupo de profesionales premiaban la “excelencia” en su profesión.  Por que mira que aquella mujer nos regaño por que no entrabamos a la sala con nombre de estrella de Hollywood para la gran ceremonia.  Fue tan fuerte  su acercamiento que hubo uno que pensó que era una redada.  Soltó el trago que tenía en la mano y salió corriendo al baño. ¿Por qué al baño? Aun no lo averiguo.

A la que debió regañar la mujer de la seguridad fue a la invitada que muy amorosamente dejo en el “after party” del evento a su “esposito” sentado con trago en mano en uno de los sofás alquilados para ambientar.  Si, por que en lo que su “esposito” se daba un palo ella buscaba dar un palo con el “rapeo” que le monto al animador de televisión, 28 de cintura.   En un “flashazo” muchos se dieron cuenta de la movida.  Una movida nada VIP.

Los verdaderos VIP’s se dieron cita frente al mar, días después,  en la presentación de un nuevo menú.  Allí vimos desde la ganadora de un Tony, hasta el que dice “Esto es vida”.  Desde la relacionista que ensayaba en el baño su versión de “Nowadays” del musical Chicago hasta los que recordaban sus aventuras en la desaparecida discoteca Mykonos.  Sin duda una velada de los mas “tremendita” que sin duda le dió al fin de año otro… “swing”.

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