El Director creativo de Moschino desde 2013, Jeremy Scott demostró lo diferente y excéntrica que es su mirada con la creación de su primer perfume para la marca. Nos referimos a Toy, una fragancia guardada en un osito de peluche tal cual, vestido con una camiseta que reza: “Esto no es un juguete de Moschino”. En su momento, finales de 2014, fue valorado como un ejercicio atrevido pero tierno que, sobre todo, sirvió para obtener rentabilidad mediática, nada despreciable en el universo de las marcas y el lujo.
Con el lanzamiento de su segundo perfume para Moschino, Scott ha llevado su osadía creativa mucho más lejos. Fresh es una fragancia de lujo presentada en un envase casi idéntico al de un famoso spray multiusos para limpiar el hogar. La idea del diseñador es la de “contraponer el lujo y la preciosidad de una esencia de alta costura con el envase más ordinario y común de los productos utilizados para la limpieza doméstica, […] creando así la máxima dicotomía entre alto y bajo, entre exclusivo y masivo”.

Composición
Una cosa es el frasco y otra muy distinta el perfume en sí, el jugo. Estamos ante un eau de toilette floral amaderado que cautiva desde la salida con la frescura de la bergamota y la mandarina aliada al exotismo del ylang ylang. En el corazón, la frambuesa aporta color a la elegancia de las notas florales de la peonía blanca y el osmanto. El fondo acentúa la sofisticación del perfume, combinando madera de cedro, pachuli blanco y ambrox.
Colección cápsula
La fragancia Fresh, y su rico universo, está apoyada por una colección cápsula compuesta por vestido, bolso y carcasa de móvil para completar el total-Fresh-look.