Una sortija le había cambiado el rumbo de vida a esta mayagüezana, hija de padres ponceños. Luego de lograr su bachillerato en Comunicaciones y Literatura en Boston, Maribel ya había notado su fascinación por la moda. Estaba decidida que haría su maestría en “Fashion Merchandising” en Nueva York. Sin embargo, “el mister llegó antes que el master”, como ella lo describe con su acostumbrada picardía.
Se comprometió, dejó a un lado sus planes de estudiar, y al año estaba casada. Se convirtió en ama de casa y al poco tiempo nació su única hija, Camelia Teresa. No obstante, Maribel deseaba mucho más. El destino la convirtió en empresaria, socialité, reportera y en la voz del talento del globo entero en el mundo de accesorios y carteras
Esperando junto a su padre en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín que despegara el avión que llevaría a su hermana menor a la universidad en Estados Unidos, los ojos de Maribel Aguayo se llenaron de lágrimas. En ese día en 1985, no imaginaba que sería ella la que en poco tiempo viajaría alrededor del mundo en busca de joyería y carteras de alta costura. No soñaba con colaborar con diseñadores reconocidos internacionalmente en piezas y ediciones que portarían tanto modelos en las pasarelas como clientas de toda la vida. Desconocía que compraría exóticas y elaboradas prendas que engalanarían las colecciones de decenas de diseñadores del patio durante tres décadas. En ese momento, solo era una joven que sentía que sus sueños se habían tronchado. “Mi papá era un hombre de pocas palabras pero muy visionario. Y me dijo, ¿qué te pasa, Maribel? Y yo le digo, “ay papi, ese avión elevándose se está llevando a mi hermana y la verdad que se está llevando también sueños e ilusiones que yo tengo, que siento que no pueden ser porque ya me casé, ya tengo una hija y pues mi vida es otra”, cuenta la conocida propietaria de Camellia Accesorios.
El día después de despedir a su hermana, su padre, el ingeniero José Aguayo, le entregó un sobre con pasajes a Miami. Aunque el empresario de construcción consideraba la moda una carrera “poco práctica” no ignoró la pasión de su hija. Le exhortó a que comenzara su negocio. En Miami, Maribel compró joyería Bijoux Terner, favorita de las actrices de ese tiempo, prendas de los diseñadores Wendy Gell y Gaetano Fazio, y carteras de Judith Lieber. Desde un principio optó por los accesorios sobre la ropa y el calzado.
“El accesorio no frustra. El accesorio te sube la moral. Tú vienes a una tienda de accesorios, te ves en el espejo y te ves más bonita porque el accesorio le da luz a tu cara, te rejuvenece, te embellece, te distingue”, resalta.
En una semana, Maribel triplicó su dinero invertido vendiendo su mercancía única y diferente a un selecto grupo de amistades en la residencia de sus padres. Nueve meses más tarde abrió su primera tienda, bautizándola con el nombre de su hija, Camellia.
A través de su trayectoria de 30 años en el mundo de la moda, Maribel ha sido dueña de dos locales y ha recibido galardones y reconocimientos por su trabajo incluyendo Empresaria del Año por Caribbean Business, Mujer del 2000 y Mujer de Herencia Carismática de la revista Caras, Fashion Trendsetter y Sultana del Oeste de la revista Imagen, entre otros. También fue columnista y editora de Sociales en tres de los principales diarios del país. Muchos de sus lectores la recuerdan por su álter ego, La Chispa Social, cuando cubría los eventos sociales más importantes de Puerto Rico.
Los secretos de su éxito
El apodo “Chispa” es bien merecido. Maribel es una persona exuberante y conversadora, con una actitud positiva contagiosa que la ha ayudado a superar los momentos difíciles en su vida. Se autodescribe como excéntrica, divertida y “excelente vendedora”. No se considera linda sino cute; bromea sobre su baja estatura, aunque siempre proyecta seguridad tanto a nivel personal como profesional.
Asegura que el mayor secreto de su éxito es la reinvención. Realiza un arduo trabajo buscando nuevos e innovadores diseñadores para alimentar su inventario, asegurándose de ser la primera (o la única) en traer una línea a Puerto Rico.
“Obviamente quiero que el accesorio de Camellia sea tema de conversación. Que digan eso está bien diferente, eso salió de Camellia”, añade.
Sí hay una constante en su tienda: solamente vende accesorios. “Yo creo que el secreto de mucho de mi éxito fue que mantuve la especialidad mía constante y clara durante estos 30 años. Y siempre la voy a tener clara”, apunta.
Opta por los estilos maximalistas para sus accesorios personales, exhibiendo inmensos y coloridos collares de la diseñadora Masha Archer, y contrastándolos con lujosos detalles como sus queridos broches blackamoors o gruesos brazaletes y sortijas de oro por Roberto Cavalli Couture que luce hasta con traje de baño. Su lado espiritual queda expuesto, ya que confiesa también utiliza muchos rosarios.
La oferta que trae a Camellia es mucho más variada y asegura que no impone su propio estilo, sino que abarca los gustos y las necesidades de las mujeres que le compran. Ofrece líneas por diseñadores del calibre de Moschino, Barrera, Domique Aurientis, Maria Snyder, Jay Strongwater, Iradj Moini, Alexis Bittar, Gerard Yosca, Ben Amun y Hassan Bounkit, al igual que líneas más económicas de Turquía y de India. Todo tiene una historia y tiene una razón de ser en Camellia. Yo no compro por comprar. “Yo escojo las piezas pensando en la gente, en la fantasía. La vida hay que hacértela más bonita y mis accesorios están para embellecerte, para que te sientas como una diosa cuando te los pongas”, explica.
Celebración de vida
Actualmente la tienda es administrada por dos mujeres que atienden a las clientas por cita. Maribel reside en Cabo Rojo junto a su esposo José Gerardo Aguiló Brau y desde allí planifica eventos de moda y gastronomía que celebra en hoteles como el Caribe Hilton, Ritz Carlton, Horned Dorset Primavera y en restaurantes reconocidos como Augusto’s, Pikayo, Laurel, Sanatella, Parrot Club, Dragonfly, entre otros. “Les fabrico la ocasión a la gente para que usen el accesorio. Y como soy tan embelequera, me encanta organizar y soy tan original, pues siempre me inspiro en temas”, confiesa.
Hace unos meses celebró el evento Olé en honor a los 30 años de Camellia Accesorios, en colaboración con la boutique La Femme, con un menú especial creado por el chef Mario Pagán. Su próxima gala, Blanche, será una fiesta de “borrón y cuenta nueva” en que la vestimenta será toda en blanco.
“Soy una creativa con propósito. Me fascina unir personas en mis conceptos espirituales vinculados a la moda, que tengan un motivo para disfrutar y lucir sus tesoros de Camellia y que al mismo tiempo conozcan el potencial de cada equipo de talentos que formo. Así construyo un mundo mejor”, revela la empresaria. “Cada una de mis clientas llevan algo de mí, y a la misma vez, yo formo parte de ellas”, concluyó.
La Chispa se confiesa
- Prenda más exótica de Camellia Accesorios: El famoso collar de cocodrilo de María Félix
- Pieza favorita: Blackamoors
- Accesorio más costoso que haya vendido: Collares de Masha Archer, hasta $15,000 cada uno. Ha vendido cinco a la misma persona.
- Pieza más difícil de conseguir: Joyería negra sin oro ni plata
- Tres accesorios que toda mujer necesita: Negro, perla y metálico