En mi práctica privada y tras años investigando y tratando las conductas y trastornos sexuales de ellos y ellas aprendí que las parejas recurren al sexo comercial cuando ya su relación esta insípida, aburrida y poco satisfactoria. Por desgracia, muchos y muchas piensan que los juguetes sexuales son el panacea y que garantizarán los resultados de ese acto sexual más yo digo, cuidado.
He aquí algunos pros y contras de sus usos y desusos:
- Si tu relación sexual es buena y la quieres mejorar, adelante, inclúyelos.
- Jamás los uses si lo que está pasando no te está gustando, recuerda, te aliviarán la insatisfacción un día, quizás dos, más luego prevalecerá tu pensamiento negativo.
- Cuidado con acostumbrarte demasiado a ellos y extrañarlos a tal punto que jamás puedas disfrutar tus orgasmos sin su uso.
- Si los usas, límpialos y cuida tu higiene y salud sexual. No se prestan y se usan en un lugar a la vez.
- Existen para enaltecer el placer de ellos y ellas, a tu varón que se anime a probarlos y luego compartan vuestras experiencias, es parte del deleite de ese rico acto sexual.
- Digo yo que lo que es bueno se perpetua, cuídate de que dichos juguetes sexuales te entretengan tanto y tanto que te desconectes de tu pensamiento, lugar donde realmente reside tu placer sexual.
- En lugar de invertir cientos de dólares en dichos artefactos sugiero que la exploración de ambos cuerpos sea con tus propios dedos y manos, lo sentirás mucho más profundo y real.
- Jamás sustituyas una buena terapia sexual con algún juguete o sexo comercial, no funciona.
- Siempre estudia lo que está en el mercado en torno a tu sensualidad, observa y discrimina.
- El mejor sexo esta en tu mente, conéctala con tu pene y con tu vagina y disfruta los resultados.
La autora se dedica a la investigación y tratamiento de conductas y trastornos sexuales femeninos y masculinos. Autora del libro: Acto Sexual, una experiencia cognitiva cíclica que consigues en www.carmitalaboy.com Para citas y contrataciones: 787-485-5888, 630-506-1096, carmital@carmitalaboy.com
Por: Dra. Carmita Laboy www.carmitalaboy.com