Sin dejar de maravillarnos el reciente ‘boom’ de la calle Loíza desde Condado hasta Santurce, nos entusiasma conocer que el nuevo espacio Piola Pizzería Artesanal pertenece a este renacer. Localizado casi en la esquina con la avenida De Diego y compartiendo espacio con su primo el restaurante argentino Agárrate Catalina, Piola es un oasis de buen gusto.
Adrián Romano, propietario de la pizzería junto a los puertorriqueños Verónica Reverón y Victor Acevedo lo llama también “Pizza Place, Bar & Beer Garden”, porque definitivamente, es todo eso. En cuanto al menú, la propuesta es una pizzería artesanal que recrea la particularidad gastronómica de los barrios en Argentina. Aunque la pizza nació en Italia, cada país la ha modificado a su manera, siendo siempre importante, el que los ingredientes sean frescos y las combinaciones creativas, como es este caso. Bajo el lema: Reimos, Hablamos, Comemos y Bebemos, la multiplicidad de pizzas que destacan a Piola, al igual que otros gustitos como bruschettas o empanadas de espinaca, son preparados por el chef uruguayo Marcelo De los Santos.
El espacio es estrecho pero cómodo y muy particular. Comienza con mesas a modo de restaurante en donde se sientan las parejas, familias y amigos a conversar de modo casual y a disfrutar de la velada. La decoración luce un tratamiento en las paredes que te recuerda un estilo vintage sin denotar el paso del tiempo, más bien como un reflejo de modernidad. El segundo espacio aledaño está compuesto por la barra cómoda y espaciosa en donde sirven 15 marcas de cerveza, vinos importados de Italia y California, el trago especial Piola y la “Bubbly Sangría” de la casa. Luego, como un secreto escondido se encuentra el jardín interior, un espacio divinamente decorado que se ha convertido en el favorito para celebración de cumpleaños y eventos de varias decenas de invitados.
Para este ambiente fresco, ligero, sin tensiones ni grandes pretensiones, con la familiaridad de un lugar en donde te sientes a gusto y la seguridad de que estarás acompañado por una experiencia gastronómica de primera, se diseñó un menú sencillo y sabroso. “Es una fusión de lo italiano, lo argentino y lo boricua. La tradición de la pizza es la típica italiana, pero complementamos con el concepto de las cocinas porteña y los productos boricuas”, explicó el argentino. “La pizza que te vas a comer tiene el nombre (del barrio) que representa. Por ejemplo, el suburbio de La Boca se destaca por sus sándwiches de chorizo con un toque especial de chimichurri, y eso es lo que vas a degustar en la pizza, ‘la boca’”, explicó. A la misma vez buscan dar un impulso a la economía al utilizar productos de fincas locales.
Bajo aperitivos se encuentran las tartas de espinacas y atún, las bruschettas, las croquetas de risotto y langostas y las famosas empanaditas argentinas con una diversidad de rellenos: jamón y queso, humita de maíz y queso crema, de espinacas y las salteñas, entre otros platos. Luego hay cuatro tipos de ensaladas de arúgula, caprese, espinacas y legumbres y siete tipos de sándwiches que van desde el chivito con filete miñón, el de prosciutto y brie, la milanesa de pollo o res, no puede faltar el bocadillo de albóndigas, el vegetariano, el de berenjenas guisadas y la fainá que son unas tostadas de harina de garbanzos. Es importante destacar que el pan artesanal de todos los sándwiches es confeccionado en la casa. No debemos dejar de mencionar los platos principales que son tres y muy sencillos: la pechuga parmesana al horno con salsa pomodoro, el churrasco y la hamburguesa casera angus, con varios acompañantes a escoger. Pero en realidad lo más importante de todo, son las pizzas, las cuales, al ser artesanales, aunque se cocinen con los mismos ingredientes, ninguna pizza queda igual a otra.
La pizza distintiva es del barrio porteño, Mataderos que incluye chorizo argentino, pepperoni, panceta y prosciutto. Otra que también se mantiene como favorita por ser tan diferente es la que se conoce como Boedo, que es una pizza doblada por la mitad, creando un gran bolsillo, rellena de mozarella, parmesano y cebollas. Otros nombres que se destacan son la Mar de Plata con mariscos de estación, la Recoleta que incluye jamón y piña, la Constitución es más atrevida con anchoas, aceitunas y tomate, y la más gourmet es la Chacarita con salsa bechamel, provolone, queso de cabra, mozzarella y blue cheese. La más curiosa se llama El Borl y le añaden amarillos, corned beef o carne molida. Todavía quedan otras variedades, pero para conocerlas tienes que llegar hasta la Loíza.
Dirección:
(787) 200-5190