Quien dijo que el rayo no cae dos veces. Les vamos a narrar la historia de cuando Marcia Budet ganó en Italia, y de cómo este año lo volvió a hacer. Antes de irse a Nueva York, la diseñadora puertorriqueña Marcia Budet vivió una de las experiencias más maravillosas para un artista, obtener un premio de carácter mundial. Estamos seguros, de que sólo es el primero. Con casi 3,500 participaciones y 140 países siendo representados, Budet se percató de que: “No se puede perder el momentum. Con este premio se me abren muchas oportunidades que no puedo desperdiciar, ni atrasar. Tengo muchas relaciones profesionales en Nueva York”, siendo la más importante de estas, la fábrica que le da vida a sus diseños.
Antes de tener las maletas llenas de sueños, Marcia, graduada de escuela superior de la Academia Perpetuo Socorro, desarrolló ese gusto por la joyería de su familia. “Mi familia siempre me regalaba piezas de joyería para los eventos más importantes de mi vida, como en mi Primera Comunión, que todavía conservo”. Además, esta joven sentía una fascinación por las piedras. “De niña, coleccionaba piedras y las guardaba en una cajita, que a pesar de los años, todavía ocupa un lugar en mi armario”. A los 17 años de edad, Budet decidió estudiar arquitectura. “Yo considero que la arquitectura es la madre del diseño. A mí siempre me ha gustado diseñar y la arquitectura se abre a distintas ramas, desde edificios hasta mueblería. En aquel momento sabía que no importaba la rama del diseño en la cual me fuera a destacar, la arquitectura me iba a dar el conocimiento básico, y desde ese momento, siempre ha influenciado mis piezas”. A sus estudios de arquitectura en la Universidad de Puerto Rico y maestría en urbanismo de la reconocida Universidad de Pennsylvania, añadió dos años de estudios en administración empresarial. Es que a esta diseñadora, no tan solo le llena el aspecto artístico de su carrera, sino que tiene su visión de negocios muy definida. “A mí me apasiona mucho desarrollar el branding de mis ideas y estar involucrada en todo el proceso, desde la parte creativa hasta el mercadeo”. Es por eso que no le interesa la orfebrería, como ella misma nos explica: “No es parte del negocio. Me interesa más la producción en masa y siento que tengo que invertir demasiado tiempo en algo que no me apasiona.”
Es aquí cuando me doy cuenta que esta joven, a simple vista, puede parecer una workaholic, pero mientras más entrada en la conversación, me acuerdo de aquellas palabras de Pablo Picasso: “Que la musa te encuentre trabajando” y Budet le sigue el consejo. Me satisface saber que a su edad está lista para asumir los retos que se presenten. Es tiempo de vivir, ya vendrá el momento más tarde de arrepentirse, si acaso; aunque lo dudo, ser ciudadana del mundo e ir detrás de sus pasiones, son experiencias que esta diseñadora guardará en el famoso baúl de los recuerdos, al lado de su cajita de piedras.
Después de un rato hablando de su curriculum vitae, nos detenemos, nos reímos, hablamos de cosas de chicas y nos preparamos para hablar del sabor del éxito. Le pregunto si se acuerda cuál fue la primera pieza de joyería que diseñó y me enfatiza que fue el anillo ganador. No creo en las casualidades y sé que ella tampoco. “El anillo lo hice para mí. No encontraba nada en las tiendas de joyería que me satisficiese y me puse a diseñar.” Con esta oración aclaratoria, llego a la conclusión que el éxito de la pieza era de esperarse. Es un diseño honesto, sin dudas y sin expectativas. “Lo hice sin reglas, sin presupuesto y sin colores.” Si la creación nació para conseguir exclusivamente la satisfacción de su creadora, el mismo proceso corrió el premio. “Un amigo me recomendó la competencia, no tenía mucho interés, pero lo hice. Después de un año, me dan la gran noticia y la verdad, ya se me había olvidado que había solicitado al premio”. Esas son las palabras que describen a un buen ganador.
Marcia abunda: “El anillo doble, o Assymetrics + Diamonds , está hecho en oro de 18 quilates, cuarzo ahumado y tres diamantes. El anillo viene en diferentes modelos y todos tienen cerca de de cien quilates en peso combinado entre las dos piedras y los diamantes blancos”. La plata 925 y el oro 18 quilates son sus materiales predilectos. Me percato que todos sus diseños son asimétricos, le pregunto cuál es su fascinación por esta forma y como ya me había explicado: “es el vocabulario arquitectónico”. Prácticamente, este anillo fue el que definió el nuevo rumbo que ha tomado su carrera. “Esto ha sido un happy accident, no tenía intención de negocio. Este anillo me dio la oportunidad de crear mi propia compañía de joyería.”
Aprovecho la oportunidad de dialogar con una persona tan conocedora de los accesorios y le pido un consejo de cómo debo complementar una pieza de joyería con mi vestimenta. Sin pensarlo más de un segundo, Marcia me responde: “Usa una pieza que se destaque. Un conversation piece.” Budet se refiere a que en vez de usar todo mi cofre de joyería, debo utilizar un solo accesorio que todo el mundo tenga que mirar. Una pieza que las personas se me acerquen a preguntar, que comience una conversación y que probablemente, se haga referencia a su nombre. Esta chica es muy inteligente. Y es que las piezas de Budet son un tema de conversación. La primera vez que vi su anillo Assymmetrics + Diamonds, me percaté de como hace la ilusión óptica de que las piedras están flotando en los dedos. La peculiaridad del diseño hace que uno quiera indagar mas sobre la pieza, cuestionar sobre su construcción, como es posible este acto de magia que llevamos en nuestras manos, de cómo las piedras no son de un corte tradicional, y de atrevernos a preguntarle a la mujer suertuda que las lleva puesta, si nos la deja probar. Y es esa actitud la que busca Budet en sus clientas: “Mis diseños los defino como sofisticación atrevida, sin dejar de ser sencillos y elegantes”. Así son las mujeres para las que Budet diseña: sofisticadas, elegantes, y atrevidas en la moda. Me sonrío porque me percato que Marcia se esa describiendo a ella misma.
Cuando termino mis preguntas, nos quedamos hablando de como el destino abre los caminos que debemos cruzar. Ella sabe que su mudanza era inminente. Todo se le había hecho muy fácil. Ya me la imagino por las calles de la gran ciudad cargando sus maletas, con la cajita de piedras en una mano y su famosa sortija en la otra, allá va la señorita de las anillos.
