Ema Sepulveda es una mujer que se ha dado a conocer en todo Puerto Rico, es una de las principales portavoces de la Sociedad Americana del Cancer y creadora de Mujer Invierte en Tí, un portal que promueve el bienestar de la mujer. Conocimos a Ema en un evento de belleza en Puerto Rico y está declarado, una vez la conoces todo cambia. Su positivismo y buen humor contagian hasta al más serio. En este mes de febrero, mes que celebra de la Prevención del Cáncer, decidimos brindar un espacio especial a la historia de una guerrera puertorriqueña. Sin más decir, le compartimos sus palabras.
Ocean Drive Puerto Rico : ¿Quién es Ema Sepulveda?
Ema Sepúlveda: Soy una mujer puertorriqueña, emprendedora, con más de 20 años de experiencia en el campo de las comunicaciones. Una mujer positiva y sobre todo, bendecida. La gente puede pensar que porque tengo cáncer no lo soy, pero la realidad es lo soy, en especial por las personas que tengo a mi alrededor. La circunstancias de mi vida me han ayudado a conocer a muchas personas maravillosas, a valorar muchas cosas y por eso estoy más que agradecida.
ODPR: ¿Cuáles son tus pasatiempos favoritos?
ES: Tengo dos pasatiempos favoritos, uno es la jardinería y el otro es la crianza de perros labradores. En mi jardín hay algo muy inusual, ya que solo compro plantas que necesiten ser salvadas. Me gusta saber que, con mis cuidados, positivismo y amor puedo darles vida y hacer un hermoso jardín con ellas. Me gusta ver el proceso por el cual van creciendo, tomando vida, me inspira y me hace sentir identificada, pues tenemos algo en común, estamos poco a poco volviendo a nacer.
La crianza de labradores es algo que actualmente no puedo realizar debido a mi estado de salud, pero es algo que siempre me ha gustado y que espero volver a hacer. Y más allá, mi sueño es crear una fundación para la crianza de éstos, de forma que puedan servir como mascotas de servicio a pacientes con cáncer, como yo. El nombre de la fundación será Angel Eyes y ya estoy trabajando en ello para que sea mi próximo proyecto.
ODPR: ¿Quién es tu inspiración?
ES: Pudiera decir que admiro a María Teresa de Calcuta, pero más allá, en estos momentos todas las mujeres trabajadoras son mi inspiración. Mi estilo de vida ha cambiado mucho y he podido ver cómo la mujer trabaja incansablemente para proveer en su hogar, personas como mi hermana y mis amigas, que no importa lo que pueda suceder siempre salen adelante. Las mujeres puertorriqueñas que luego del paso del huracán María todavía luchan por llevar comida a su hogar y por sacar un país en crisis adelante.
ODPR: ¿Qué te hace feliz?
ES: Me hace feliz poder ayudar, poder apoyar, servir de inspiración a mujeres a través de mi testimonio. Que me digan que fueron a realizarse una mamografía gracias a que he podido compartir mis vivencias con ellas, es increíble. También me emociona mucho el haber sido la madrina de la campaña Avancemos a Grandes Pasos Contra el Cáncer del Seno de la Asociación Americana Contra el Cáncer. Nada material me hace feliz, solo poder inspirar y ayudar.
ODPR: ¿Cuál fue tu primera reacción?
ES: Cuando me dieron el diagnóstico al principio estaba completamente en “shock”. Jamás pensé que me pudiera dar a mí, nadie en mi familia ha tenido ningún tipo de cáncer. Fue duro, ya que lo único que hacía era trabajar y lo más que me preocupaba era mi estabilidad económica. A diario pensaba en cómo iba a poder costear mis tratamientos, poder sostenerme sin trabajar. Nadie te prepara para una situación así.
ODPR: ¿Cuál fue el mayor reto?
ES: Mi mayor reto fue el no poder trabajar. De ser una mujer trabajadora e independiente tuve que convertirme en una persona más dependiente, a lo cual no estoy acostumbrada. Para mi fue un reto pedir ayuda, tener que irme de Puerto Rico y sobrevivir con una maleta por un año. Además de mantener una salud psicológica y mental firme, al igual que aumentar aún más mi fe para así recuperarme.
ODPR: ¿Cuál ha sido tu mayor lección de esta experiencia?
ES: No importa cuánto trabajes, sin salud no hay nada. Es importante que las personas cuiden su salud y asistan a sus citas de rutina. Yo lo único que hacía era trabajar, siempre estaba en un avión dando adiestramientos. Al principio pensaba que eran espasmos y yo misma me automedicaba. Eso es algo que hacemos mucho, ignoramos las señales del cuerpo. Cuando me enteré de mi diagnóstico no dije nada por seis meses. Mi pensamiento era que si lo decía mis clientes se iban a enterar y me iban a dejar sin trabajo. Hasta que mi doctora me sentó y me dijo que mi cáncer estaba en etapa 4 y ahí no tuve opción. Mi vida cambió por completo.
ODPR: ¿Qué quisieras decirle a todas esas personas que pasan por un diagnóstico de cáncer?
ES: Las personas con cáncer tenemos nuestros días buenos y días no tan buenos. A todo el que esté pasando por esta situación le digo lo siguiente: rodéate de personas positivas, personas que te quieran ayudar. Pide ayuda, busca apoyo. Yo se lo difícil que es sentir que para todo necesitas ayuda, pero si la necesitas, pídela. Entiende que es un proceso fuerte para el cuerpo, muchas personas deciden esconderse en su propio mundo, como yo. No quería ser una carga para nadie, pero date cuenta que tu vida cambia en ese mismo momento, y no pienses que es para mal, tómalo como un reto el cual con gran esfuerzo superarás. Rodéate de personas que te aman y sobretodo, agradece a Dios por cada día de vida.
ODPR: ¿Y a sus allegados?
ES: A los allegados les digo que aprecien cada momento que tienen para compartir, que las personas diagnosticadas con cáncer a veces no necesitamos mucho, algo tan simple como una llamada o una visita. Disfrutar las cosas simples de la vida y sobre todo darles mucho amor y apoyarlos en todo momento.
Luego de esta entrevista, Ema ya nos dio una lección de vida. La vida es sencilla, nos complicamos mucho en ocasiones. Mientras más bienes materiales tenemos más nos atamos y pensamos que tenemos todo lo necesario, olvidamos que lo material no es lo más importante, sino vivir. Disfrutar cada segundo y poner la salud siempre primero, no restarle importancia a nuestros chequeos rutinarios y mantener una mente positiva ante cualquier situación. La vida de Ema giraba en torno a su trabajo, luego del cáncer, ella aprendió a ser feliz.