Desde siempre se ha ganado el corazón de los puertorriqueños y, desde hace unos años, también se ganó el amor del actor Eric Winter. Roselyn Sánchez ha intentado mantener su vida privada ajena del ojo público, pero la maravillosa química que tiene con su esposo ha pasado a formar parte de la vida de todos. Más allá de una profesión en común o del amor a los perros, Roselyn y Eric comparten el día a día entretejiendo juntos una vida futura. “Somos personas luchadoras y ambiciosas. Nos encanta reírnos y tenemos valores muy similares”, menciona la actriz. “Estamos en la misma profesión así que nos complementamos muy bien. De igual forma, compartimos el amor por los perros, el mismo sentido de familia, nos encanta actuar y producir. Somos súper creativos y bien caseros”, dice casi sin respirar y con tanta ilusión que se le llena de palabras la garganta. “Complementa mi vida de muchas maneras, principalmente, me tranquiliza el carácter fuerte que tengo”, vuelve a reír.
A Roselyn la actuación le apasiona. Sin embargo, piensa que si no fuera actriz se dedicaría a trabajo caritativo. “Tendría un terreno grande para albergar perros, daría charlas motivacionales y a la misma vez produciría especiales para televisión de contenido social”, dice con la mirada perdida. “También quisiera abrir un restaurante; así que estaría haciendo muchas cosas sino fuera actriz. Lo lindo es que puedo seguir siendo actriz mientras a la vez, poco a poco, cumplo todas esas otras cosas que me gustaría hacer”.
Por su parte, a Eric le encanta la medicina. Graduado de psicología de UCLA, posiblemente hubiera continuado una carrera médica de no haber encontrado esta otra vocación. Tal vez por eso la salud se mantiene tan presente en sus vidas. En estos momentos se encuentran en los albores de la segunda edición del Roselyn Sánchez Triatlón For Life, a celebrarse el último día de abril.
Pero es en el Studio City (California), donde la pareja construye su nido de amor en una casa de estilo mediterráneo, terrera, arriba en la montaña con vista al San Fernando Valley. “En la casa tenemos muchas fotos de momentos y personas especiales en nuestra vida. Tengo un piano (que no tocamos) pero que significa algo bien especial”, continúa diciendo la actriz. Allí conversan sobre los valores que desean enseñar a sus hijos. “Queremos continuar lo que nuestros padres nos enseñaron. Responsabilidad, juicio y fundamento. También la importancia de la educación y trabajar fuerte, respetar al prójimo, ser positivos y amar sobre todas las cosas”. Y como están tan sincronizados, la distancia no siempre duele. “Si Eric no está, lo extraño mucho, pero en nuestra profesión es común pasar tiempo separados, ya que se graba en diferentes locaciones. Como somos independientes, a pesar de nuestra unión genuina como pareja, seguimos cada uno en lo suyo. Eso sí, hablamos todos los días (varias veces), nos vemos por Skype y todas las noches antes de dormir tenemos un “final thought”.